En los últimos días hemos visto como el foco de atención internacional se posaba sobre Israel y su vecino palestino. Un conflicto armado desatado el pasado 7 de octubre está alimentando la teoría de una futura (o presente) crisis del petróleo, toda vez que gobiernos y organismos tratan de sofocar la llama de la guerra.
Hay quien piensa abiertamente que la crisis del crudo ya está aquí, si bien es cierto que por el momento tanto el barril Brent como el West Texas han tenido subidas moderadas. En cualquier caso, vamos a repasar la situación actual y las palabras que ya han pronunciado los expertos sobre la materia al respecto.
Diferentes escenarios en la crisis del petróleo
Un reciente reporte de Bloomberg ha investigado las posibles combinaciones que se pueden dar en estos momentos en suelo israelí. Cada uno de los escenarios tendría su propio desarrollo, pero igualmente consecuencias a nivel económico.
Un primer supuesto podría ser el de una guerra contenida. Se trataría de una guerra en donde únicamente intervienen Israel y Palestina, en el territorio por el cual llevan décadas de lucha.
Peor sería la situación si el conflicto se extiende a territorios próximos (una guerra de proximidad), como lo son el Líbano y Siria. La participación de estos dos países vendría auspiciada por los grupos radicales que Irán subvenciona.
No obstante, el peor de los escenarios implicaría un enfrentamiento de guerra directa con Irán, lo que agravaría enormemente los efectos al implicar a potencias petrolíferas.
Cualquiera de los escenarios descritos tiene efectos sobre el petróleo, la inflación y el crecimiento global, si bien unos estarán más agravados que otros. Vamos a ver la diferencia en la siguiente tabla:
ESCENARIO | PETRÓLEO | PIB | INFLACIÓN |
Guerra Contenida | Incremento +4 $ por barril | Retroceso del -0,10% | Incremento del +0,10% |
Guerra de Proximidad | Incremento +8 $ por barril | Retroceso del -0,30% | Incremento del +0,20% |
Guerra Directa | Incremento de +64 $ por barril. | Retroceso del -1% | Incremento del +1,20% |
Conviene recordar que recientemente Rusia y Arabia Saudita optaron por efectuar un recorte de la producción como medio de estimular el precio del barril. Además, desde Agosto de 2022 la demanda ha tenido efectos negativos en la cotización, por lo que la solución buscada era responder con restricción de oferta.
El crudo sube, pero no tanto como cabría esperar
Con el estallido de la guerra, el precio del Brent y del West Texas han crecido un +5,50% y un +4% respectivamente. Si tomamos una mayor perspectiva, podemos comprobar que no estamos (todavía) en una situación de crecimiento desbocado, ni mucho menos.
Según los registros, los niveles de precio actual estarían en el rango de Noviembre de 2022, eso sin contar con que en este mismo mes de Septiembre tuvimos un crecimiento potente que logró alcanzar máximos anuales. El día 27 de dicho mes, tanto Brent como West Texas estaban por encima de 94 $ el barril.
Según parece, parte de la contención de precios vendría por los indicadores que anticipan una recesión a la vuelta de la esquina. La propia Alemania ya ha confirmado que este año tendrá una pérdida del -0,4% en su PIB, pero no son los únicos. En la última presentación de perspectivas trimestrales que realizó la gestora Fidelity International, su CIO nos habló de las altas posibilidades de una recesión a nivel global:
“La situación es lo suficientemente incierta como para creer que es mucho más probable que haya recesión que no la haya. Calculamos que existe una probabilidad del 60% de recesión cíclica, en la que el desempleo suba hasta una horquilla comprendida entre el 4,4% y el 6,5% en EEUU durante los próximos 12 meses”
Andrew McCaffery, CIO de Fidelity International
Semejante situación explicaría de manera razonable el por qué no hemos visto un petróleo tan disparado como cabría esperar.
El sector, en alerta
Según el último informe Oil Market Report de la Agencia Internacional de la Energía (IEA por sus siglas en inglés), el estallido del conflicto en Israel tiene su influencia en tanto que geográficamente se sitúa en una zona por la que pasa más de un tercio del comercio marítimo mundial.
El organismo se felicita debido a que las infraestructuras petrolíferas por el momento no han sufrido daño, pero no puede descartarse que pase en un futuro
“Si bien no ha habido un impacto directo en el suministro físico, los mercados seguirán en vilo a medida que se desarrolle la crisis.”
En cualquier caso, en el mismo texto recogen la voluntad de la IEA por hacer que el suministro permanezca estabilizado ocurra lo que ocurra, aún y cuando la situación pudiere empeorar.
“El conflicto de Oriente Medio está plagado de incertidumbre y los acontecimientos se están desarrollando rápidamente […] La AIE seguirá vigilando de cerca el mercado del petróleo y, como siempre, está dispuesta a actuar si es necesario para garantizar que los mercados sigan abastecidos adecuadamente.”
Por parte de la OPEC, cártel de países productores de petróleo, de momento no han habido declaraciones oficiales directas, aún y cuando su Monthly Oil Market Report se presentó tal día como ayer.
¿Pueden los productores subir precios como medida de presión a Israel?
Una de las cuestiones que también se valora refiere al suministro de petróleo a Israel, país que es demandante de crudo. Teniendo a la mayoría de naciones árabes en su contra, podríamos pensar que en base a intereses espurios se buscaría estrangular a Tel Aviv para que cese el fuego en Gaza.
Sin embargo, se da la circunstancia de que la producción mundial de crudo ya no es tan dependiente de Oriente Medio como sí lo fue durante la crisis de Yom Kipur. Según datos de Statista de 2022, EEUU es a día de hoy el mayor productor de petróleo del mundo, seguido de Arabia Saudita y Rusia.
En esta tesitura, resulta complicado orquestar una maniobra conjunta, habida cuenta además de los intereses contrapuestos de las naciones listadas. Si por ejemplo Irán, EUA y Kuwait deciden incrementar los precios a base de recortes a la producción, Canadá y EEUU podrían suplir dicho recorte incrementando ellos su extracción.
Además, apuntando directamente a Israel, vemos que el país tiene las espaldas cubiertas en lo que a provisiones refiere. Según información de la OEC, las importaciones de petróleo que realiza Tel Aviv provienen principalmente de Azerbayán y EEUU. De las relaciones con Norteamérica no hay duda, y por lo que respecta al primero los lazos se han estrechada fuertemente, hasta el punto de que el primer ministro israelí visitó Bakú.
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