En cuestión de pocos meses la plataforma de videos en streaming Twitch, perteneciente al gigante tecnológico Amazon.com, se ha visto envuelta en diferentes escándalos que finalmente están terminando por afectar a su matriz.
Bien de manera directa o indirecta, las acciones Amazon tienen que cotizar cada noticia. Parece que después del éxito de su split reciente, al menos tres factores que atañen a Twitch podrían aguarle la fiesta.
Entre otras cuestiones, Twitch acaba de ser multada por un tribunal en Rusia, también ha sido blanco de fuertes críticas por parte de sus desarrolladores de contenido (los llamados streamers) y al parecer también se fortalecen sus competidores.
Una plataforma líder en su sector (al menos por ahora)
Twitch, que originariamente se llamaba Justin.tv, fue adquirida por Amazon en 2014, supo enfocarse debidamente en un segmento que comenzó a desarrollarse hace años como lo es el de los llamados e-sports.
En su momento Amazon pagó 940 millones de USD por Twitch, dicha empresa genera al grupo más de 230 millones de dólares en publicidad y sumados a las suscripciones suponen un total de 1.540 millones USD.
Con el paso de los años ha ido creciendo hasta alcanzar un total de 140 millones de usuarios mensuales, con más de 11 millones de canales distintos (si bien la gran mayoría de usuarios se concentran en un centenar de cuentas).
No obstante, a pesar de liderar la retransmisión en vivo la competencia está cada vez más al acecho. Es el caso por ejemplo de Trovo, filial de otro gigante tecnológico como lo es Tencent, que comenzó hace poco a rodar.
Trovo al parecer aportaría una ventaja competitiva, y es el hecho de centrarse más en agradar a los streamers con unas mejores condiciones económicas. No hay duda de que sin contenidos no hay visitas.
Por último, no descuidar a TikTok, quien ya ha comenzado a explorar los streamings en vivo y desde el 26 de mayo está permitiendo las suscripciones a streamers. Hay que señalar que TikTok es el competidor más directo que tiene ahora mismo Twitch:
Problemas legales de Twitch en Rusia
Poco tiempo ha pasado desde que conociésemos la quiebra de Google Rusia a causa de la presión judicial que ha pesado sobre esta empresa.
La guerra de Ucrania, con sus correspondientes sanciones posteriores, ha empujado a distintas multinacionales a adoptar medidas de presión sobre el gobierno ruso. Por supuesto, estas medidas no son directas al ejecutivo sino que se canalizan a través de los ciudadanos.
Así, ya en marzo de 2022 Twitch suspendió los pagos a los streamers rusos, tal y como anunció The Washington Post (periódico que también pertenece a Jeff Bezos, por cierto):
Ahora el problema ha venido por una demanda de violación de la Ley de protección de Datos al negarse la empresa a almacenar los datos de ciudadanos rusos en servidores alojados en Rusia.
La demanda en este caso no sólo ha sido contra Twitch, sino que ha afectado igualmente a otras compañías como UPS, Airbnb o Pinterest. En ella, el Tribunal de Distrito de Tagansky ha condenado a las empresas al pago de una multa que para Twitch ha sido de 2 millones de rublos.
En sí la multa es irrisoria para los ingresos que tienen estas empresas, sin embargo se teme que esta denuncia sea la puerta de entrada para demandas más severas y actuaciones más represivas
Creadores de contenido en pie de guerra
Una característica fundamental de Twitch son las suscripciones a los diferentes canales. Por cada suscripción que un usuario realiza se supone que el creador se lleva una recompensa, siempre a compartir con la plataforma.
El problema viene cuando, en la última actualización, Twitch decidió adaptar los precios de suscripción según el país del usuario, con la idea de hacer más accesible la plataforma. Sin embargo eso se ha traducido en una bajada importante de ingresos.
Un streamer cuyos seguidores provengan fundamentalmente de países ricos no notarán demasiado la diferencia, sin embargo quienes dependen de economías emergentes (hispanoamérica es el mejor ejemplo) sí que lo han notado.
Esto supone que los streamers tengan que trabajar más horas para conseguir los mismos ingresos que conseguían hace tan solo unos meses. Fruto del descontento, varios ejecutivos han abandonado la compañía considerando que no se cuida debidamente a los creadores de contenidos.
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