En un nuevo esfuerzo por doblegar las posiciones israelíes, el ministro de asuntos exteriores de Irán, Hossein Amirabdollahian, ha pedido a los miembros de la Organización para la Cooperación Islámica (OIC) la aplicación de fuertes sanciones contra Tel Aviv. Dichas sanciones vendrían dadas por parte del suministro de petróleo, materia en la que varios de los países islámicos de la OIC tienen peso relevante.
Según pretende Teherán, la iniciativa pasaría por un embargo directo a las exportaciones de petróleo que se realizan a Israel, con el objetivo de ahogar la economía y obligarle a cesar los ataques a la franja de Gaza. El comunicado que el Ministerio de asuntos exteriores hizo llegar a los medios incluía sentencias claras como la siguiente:
“El ministro de Asuntos Exteriores pide un embargo inmediato y completo a Israel por parte de los países islámicos, incluidas sanciones petroleras, además de expulsar a los embajadores israelíes si se han establecido relaciones con el régimen sionista”
La noticia a llegado a influir momentáneamente en la cotización del Brent y el West Texas, con incrementos de hasta el 3% que en horas recientes han podido deshacerse.
Peligroso paralelismo con 1973
En la mente de los analistas está el temor a una repetición de lo ocurrido en 1973, cuando la OAPEC decidió cortar el suministro de crudo a Israel y países que lo apoyaron durante la guerra del Yom Kipur. La OAPEC es la organización que aglutina a los países árabes exportadores de petróleo y funciona de forma paralela a la OPEP. Ésta la conforman países islámicos como Arabia Saudí, Irak, Kuwait, Argelia, Libia o Qatar.
Tal y como podemos observar en la gráfica, el precio del barril se cuadruplicó en cuestión de meses, encareciendo enormemente los costes y provocando una escasez que no tardó en trasladarse a las familias:
Entre las consecuencias de la crisis podemos mencionar el estancamiento económico generalizado y una caída en el PIB de las grandes economías.
Además, a nivel estructural, supuso un cambio de la política energética para muchos países, sobre todo los más industrializados. Se dieron cuenta de la excesiva dependencia que tenían del petróleo y más aún del que provenía de Oriente Próximo y el norte de África.
¿Sería efectivo el embargo de los países islámicos?
A pesar de lo llamativa que resultó la noticia una vez Irán la desveló, lo cierto es que el paso de las horas ha ido rebajando el miedo a que dicha iniciativa se lleve a cabo.
Cabe mencionar que la propuesta no ha tenido la acogida que sus promotores esperaban. Fue presentada ayer en un consejo extraordinario de la mentada OIC, organismo que aglutina un total de 57 países islámicos y que tiene como objetivo crear un frente común regido por la fe y los intereses económicos y regionales compartidos.
Aunque dentro de los objetivos de la OIC se encuentra el de luchar contra el expansionismo israelí y defender sin fisuras la causa palestina, lo cierto es que dentro del comunicado oficial emitido ayer no se incluyó mención alguna a un boicot del suministro de petróleo a Israel.
A este respecto, podemos mencionar dos cuestiones que son claves para entender el fracaso de la iniciativa de Irán: la falta de cohesión de la propia OIC y el escaso efecto que tendría.
Una organización un tanto desorganizada
La OIC, aunque bajo la bandera del islam, está compuesta por ramas diferentes e incluso enfrentadas de dicha religión. Algunos de sus miembros tienen históricas rivalidades que hacen difícil el entendimiento. Es por ejemplo el caso de Arabia Saudí (rama suní wahabista) e Irán (rama chií).
Además, se da el caso de que varios de los países tienen fuertes lazos comerciales (y armamentísticos) con Tel Aviv. Baste conocer el ejemplo de Marruecos, lo que dificulta el que exista un bloque cohesionado que tome decisiones precisas y concretas.
Israel no depende del petróleo de los países OIC
Por otro lado, lo que definitivamente debió de tumbar la propuesta de Irán es el hecho de que más allá del ruido no fuere a tener éxito. Tal y como mencionamos en un artículo reciente a propósito del petróleo e Israel, el 90% de las importaciones de crudo que realiza Tel Aviv provienen de Azerbaiyán, EEUU y Brasil.
El único país que suministra a Israel y además es miembro de la OIC es Nigeria, pero proporcionalmente estaríamos hablando del 6,36% del suministro total. Se trata pues de un porcentaje muy bajo que fácilmente podría ser asumido por cualquiera de los productores principales.
De hecho, la alineación inquebrantable de EEUU con Israel incluye apoyo en cualquier ámbito, no sólo armamentístico. Por ello, sería lógico ver que de inmediato aumenta la extracción de crudo para cubrir la parte de Nigeria.