La confusión parece ser la tónica que ahora mismo se palpa en los pasillos de las agencias de comunicación. Desde EEUU afirman que Israel ha efectuado un ataque con misiles sobre Irán, concretamente sobre la región de Isfahán donde radica una importante base aérea. Por su parte, el gobierno de Teherán desmiente la comunicación y dice que fueron drones, los cuales además habrían sido interceptados y derribados.
Más allá de cómo haya sido realmente la agresión, a nadie se le escapa que la escalada de tensión tendrá efectos visibles en la economía, no sólo de la zona sino también del resto del mundo. La gran baza de presión de Irán es precisamente el Estrecho de Ormuz, canal marítimo por el cual se conecta el Golfo Pérsico con el resto de los océanos.
Según datos recientes, se calcula que por este Estrecho transita una quinta parte del petróleo mundial. La zona está controlada por tres países: Emiratos Árabes, Omán e Irán, todos ellos miembros de la OPEP+. Desde hace tiempo se ha convertido en una zona de alta tensión, precisamente porque Irán ha amenazado con su bloqueo en numerosas ocasiones, lo que ha incluído la detención de buques y el envío de drones.
En vilo por los efectos del petróleo
A lo largo de esta madrugada, tras conocerse el ataque, hemos podido observar cómo los precios del petróleo han experimentado un repunte vertical. En la siguiente gráfica se muestra cómo tanto el WTI como el crudo Brent han reaccionado a la noticia con igual intensidad:
Detalle de cotización de WTI y BRENT / Fuente: TradingView
No obstante lo anterior, por suerte parece que las palabras de los medios iraníes, minimizando la magnitud del ataque, han logrado rebajar la tensión en los mercados. Esto ha provocado que parte de ese repunte haya ido perdiendo fuerza con el transcurso de las horas.
¿Puede esta situación trastocar los planes de la FED y el BCE?
A nadie se le escapa que la energía es uno de los elementos que mayor distorsión generan a la hora de realizar cálculos sobre el IPC. Su volatilidad hace que, en momentos de tensión, los resultados puedan experimentar fuertes variaciones. De hecho, es por eso que se publica un dato de IPC general y otro de IPC core o subyacente, donde se deja fuera tanto al precio de la energía como al de los alimentos frescos.
En las últimas semanas el mercado ha estado dominado principalmente por las expectativas de bajadas de tipos en EEUU y la UE. Los últimos datos de inflación no han sido todo lo buenos que se esperaba, y siendo como nos acercamos al segundo semestre del año, periodo en el cual los bancos centrales habían prometido emprender el descenso de intereses, surgen dudas notables.
Aunque bien es sabido que el IPC core es el dato que más de cerca se vigila, no es menos cierto que un petróleo disparado tendrá efecto inmediato en el dato de inflación y, de prolongarse en el tiempo, podría llegar a reflejarse en el cómputo subyacente.
Breve síntesis del conflicto reciente entre Israel e Irán
Si bien Israel e Irán llevan en guerra desde la fundación del primero, no hay periodo del año en el que no se recuerden la animadversión mutua que se tienen. Bien por ataques directos, bien por escaladas verbales, lo cierto es que cuando no agrede un país lo hace el otro.
El pasado fin de semana el gobierno de Irán atacó Israel con centenares de drones, cohetes y misiles balísticos. La operación se enmarcó dentro de las esperadas represalias por el bombardeo que el gobierno de Tel Aviv realizó contra la embajada iraní en Damasco, Siria, ataque en el que fallecieron siete miembros de la Guardia Revolucionaria de Irán, incluyendo a dos generales.
Aquel ataque pudo ser repelido gracias a que Israel estaba prevenido de los movimientos de Teherán. La inteligencia estadounidense había notificado la alta posibilidad de un ataque, lo que hizo que se tomasen las medidas oportunas. Esto hizo que se pudiera repeler con gran éxito, empleando para ello el sistema Cúpula de hierro así como también cazas y misiles interceptores. Aliados de Israel como EEUU o Arabia Saudí participaron del rechazo a dicha agresión.
La respuesta que Israel fuere a dar resultaba clave. A nadie le interesa una escalada de violencia, e incluso Irán dijo que daba la operación de ataque por finalizada. Diferentes organismos internacionales, como la OTAN o el G7, han apelado a la calma y piden mesura a Netanyahu, primer ministro israelí, quien aún hoy mantiene Gaza en estado de sitio.