Tras todo lo ocurrido con Binance y FTX esta semana se podía predecir que la segunda haría lo que precisamente hizo este viernes. FTX ha comenzado los procedimientos respectivos para acogerse a la protección que brinda al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos.
A través de un comunicado de prensa publicado a través de sus redes sociales, el exchange explicó que la solicitud de bancarrota no afectará a sus filiales Ledferx.LLC, FTX Australia, FTX Express Pay, LTD y FTX Digital Markets. Sin embargo, todo está por verse.
Minutos antes, se conocía que habría dimitido el hasta ahora consejero titular y cabeza de FTX, Sam Bankman-Fried. Desde el comunicado antes descrito se indica que se mantendrá ligado a la compañía para ayudar en la transición. El puesto que deja vacante sería cubierto por John J. Ray III.
En el texto hecho público la tarde de este jueves se apunta a que la compañía espera que el staff que hasta ahora viene trabajando con la firma continúe y colabora con el procedimiento de bancarrota.
Activos congelados
Aunque parecía improbable, la noche del jueves fue la más negra para FTX, ya que agencias gubernamentales de las Bahamas, lugar en el que esta empresa tiene su sede principal, congelaron los activos de la compañía y de todas sus “entidades relacionadas”, al mismo tiempo que este otrora gigante de las criptomonedas buscaba soluciones para intentar palear sus problemas de liquidez.
Según la Comisión de Valores de las Bahamas, la decisión de congelar los activos de FTX en este país es la más “prudente”, en vista de preservarlos e intentar ayudar con la estabilidad de la firma crypto.
El ente regulador de ese país también hizo referencia directa a las denuncias contra Bankman-Fried, quien supuestamente habría usado dinero de sus clientes en FTX para hacer inversiones con Alameda Research. “La comisión es consciente de las declaraciones públicas que sugieren que los activos de los clientes fueron mal manejados, mal administrados y/o transferidos a Alemeda Reserch (…) este tipo de acciones habrían sido contrarias a la gobernanza normal, sin consentimiento del cliente y potencialmente ilegales”, apuntan desde las Bahamas.
FTX deberá cubrir un hueco de no menos de 8.000 millones de dólares (cifra dada el martes, pero que con seguridad será mucho mayor) ante la desconfianza generada en el mercado y con las sospechas de fraude sobre su fundador.
Bankman-Fried ‘aclara’ y se despide
Antes de conocerse lo anterior, el hasta ese momento CEO de FTX informaba el cierre total de Alameda Research, firma de inversiones y núcleo de sus distintos negocios. Estos mensajes no generaron mayor revuelo, ya que -por lo que se ve en los comentarios-, el cierre de Alameda era algo más que previsible. Minutos antes utilizaba la red social para enviar un mensaje muy directo: “La he jodido”.
Así y todo, más tarde y tras el comunicado oficial de la empresa señaló: “Hoy, presenté FTX, FTX US y Alameda para procedimientos voluntarios del Capítulo 11 en los EEUU. Lamento mucho, de nuevo, que hayamos terminado aquí. Ojalá las cosas puedan encontrar una manera de recuperarse. Con suerte, esto puede traerles cierta transparencia, confianza y gobernabilidad”.
“En última instancia, es de esperar que pueda ser mejor para los clientes. Esto no necesariamente tiene que significar el fin de las empresas o de su capacidad de proporcionar valor y fondos principalmente a sus clientes, y puede ser consistente con otras rutas. En última instancia, soy optimista de que el Sr. Ray y otros pueden ayudar a proporcionar lo que sea mejor”, añadió.
Y finalizó indicando que trabajará “para dar claridad sobre dónde están las cosas en términos de recuperación de usuarios lo antes posible. Estoy juntando todos los detalles, pero me sorprendió ver que las cosas se desarrollaron de la forma en que lo hicieron a principios de esta semana. Pronto escribiré una publicación más completa jugada por jugada, pero quiero asegurarme de hacerlo bien cuando lo haga”.
Esto apenas comienza
Las acciones de las entidades gubernamentales de Bahamas podrían significar solo el comienzo de un conjunto de maniobras legales en varios países. Según el jefe de Investigaciones de Elite Capital Management, Jami Zeng, empresa administradora de fondos con sede en Hong Kong, ya se estarían viendo las acciones “de los regulares de Estados Unidos y Japón. Esperemos más por venir y eso es lo que necesita el mercado crypto. Los usuarios se lastiman y necesitan protección”.
La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) se ha mantenido en silencio, pero continúa una investigación -abierta hace meses- sobre la filial de la empresa en cuestión en ese país (FTX US). Según el diario financiero Wall Street Journal, las autoridades norteamericanas estarían indagando sobre activos y préstamos de la filial que presuntamente no estarían debidamente registrados.
Por su parte, la FSA, regulador financiero de Japón, ya solicitó a la filial local de FTX suspender todas sus órdenes comerciales, advirtiendo que la empresa no tiene capacidad alguna para respaldar sus obligaciones financieras.
Ante esto, una fuente de la Casa Blanca citada por la agencia de noticias Reuters, apuntó que la debacle de esta plataforma tan poderosa en el universo crypto pone aún más en evidencia la “necesidad de una regulación”.
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