En los últimos años, gracias a una mejora en las trabas administrativas y una bajada generalizada de precios, el autoconsumo fotovoltaico ha ido cobrando protagonismo. Se trata pues de un modo de generación energética limpia y aprovechable en países como el nuestro, con más de 3.000 horas de sol cada año.
Entre las diferentes ventajas que puede aportar esta solución, una de las más importantes es la que refiere a la compensación por excedentes. Cuando la propia empresa que te suministra energía te remunera por los excedentes que tu vuelcas a la red.
En tal caso, llama especialmente la atención la novedad que han incorporado las llamadas baterías virtuales, una solución que podemos agradecer a los avances tan importantes que han habido en cuanto a la tecnología en la nube.
La revolución de las baterías virtuales
La venta de los excedentes a la red es algo que existe desde hace años. En determinadas horas del día, una instalación puede estar generando (y de hecho ocurre) mucha más energía de la que está consumiendo, por lo que dicho exceso de energía se devuelve a la red para su uso por terceros.
En nuestro país, la venta de los excedentes eléctricos se aplica de forma automática ya que viene establecida por ley. Sin embargo, esta compensación tiene sus limitaciones, que básicamente son la aplicación en la factura correspondiente del mismo mes y el descuento sólo en ciertos campos del contrato.
Además, a lo sumo el importe que recibes esta limitado por el importe de tu factura, nunca se te paga por el sobrante. Si consumes 50 € y generas 98 €, los 48 € restante se pierden.
Las baterías virtuales son pues una herramienta que permite capturar el 100% del excedente energético generado, acumulándolo en una suerte de saldo o hucha que será aplicable en futuras facturas.
Además, mientras que el mecanismo habitual de venta de excedentes se descuenta de la parte variable de la factura, con la batería virtual podremos aplicar nuestro saldo sobre la parte fija, pudiendo llegar a facturas de 0 €.
Pero, ¿Cómo funciona una batería solar?
Veamos el mecanismo explicado en 4 sencillos pasos:
- Nuestra instalación de autoconsumo fotovoltaico genera unos determinados excedentes al cabo del día. Estos alcanzan un total X en un mes.
- Los excedentes serán automáticamente compensados con nuestro consumo. Puede darse el caso de que después de la compensación todavía queden excedentes que de otro modo se perderían.
- Para no perder dichos excedentes, estos serán acumulados en un saldo virtual conocido como Batería Virtual.
- En las siguientes facturas, nosotros vamos a poder aplicar dicho saldo como queramos, inclusive en contratos que pertenecen a otras instalaciones del mismo titular.
Como vemos, se trata de un proceso rápido y simple, que puede ser extremadamente rentable en multitud de ocasiones.
¿Los excedentes de las baterías virtuales se pagan igual en todas partes?
No. Al igual que cualquier otro sector en donde existe una libre competencia, cada empresa aplica unas tarifas para remunerar los excedentes que vamos generando. Lo que sí coincide es el precio al que se paga el excedente normal y el precio al que se paga el excedente que va a la batería virtual.
En España son varias las empresas energéticas que se dedican a gestionar tarifas de autoconsumo fotovoltaico, aplicando cada cual sus condiciones. En estos momentos podemos encontrar que la compañía que mejor paga los excedentes de energía es Repsol Solar. Esta empresa repercute a 0,15 € KWh, cuando la media del sector se sitúa en 0,10 € KWh.
Es importante recordar que, por más energía que podamos volcar a la red y nos puedan compensar, nunca vamos a tener facturas por debajo de 0 €. Es decir, no nos llegarán a pagar por consumir electricidad. Ese excedente que hubiere quedado se irá acumulando.
¿Cómo ha evolucionado en España el autoconsumo fotovoltaico?
Según se desprende de Informe Anual de autoconsumo fotovoltaico 2022 que realiza APPA Autoconsumo, patronal del sector, la evolución está resultando muy positiva. En el año 2022 se calcula que en nuestro país se instalaron 2.649 MW de autoconsumo. De esta cifra, llama la atención el hecho de que un 39% de la potencia correspondió a instalaciones residenciales ( es decir, 1.024 MW) mientras que un 61% obedecía a proyectos industriales1 (los 1.625 MW restantes).
Sorprende pues ver cómo ha evolucionado no sólo el ritmo de instalaciones, sino especialmente el de instalaciones destinadas a los hogares y uso residencial. En la siguiente gráfica se pueden ver perfectamente reflejados ambos hitos:
Se calcula que desde el año 2018, la potencia anual instalada de autoconsumo en España ha crecido a un ritmo medio superior al 90% anual. Con ello, en cómputo total, a finales de 2022 la potencia instalada de autoconsumo en España ascendió a 5.211 MW. Por descontado, esta cifra ha seguido creciendo durante el 2023, si bien todavía no tenemos los datos consolidados.
No obstante, algunos medios sí que ha tomado cifras adelantadas que advierten de que el crecimiento será más moderado que en el ejercicio anterior, donde se vivió un auténtico boom especialmente motivado por la crisis energética global y las ayudas a la instalación. Podemos considerar que 2022 ha sido un año atípicamente bueno para el autoconsumo fotovoltaico, pero se trata de un ritmo difícil de mantener en el tiempo.