Cuenta atrás para la fatídica travesía en la que está inmerso Siemens Energy a causa de la división eólica de Siemens Gamesa. Las pérdidas milmillonarias reflejadas en las cuentas de la energética han supuesto que se ponga en marcha un plan de rescate por 15.000 millones de euros.
Dicho rescate vendría dado en dos partes. La primera, que ya ha sido desvelada, sería un paquete de avales por valor de 12.000 millones de euros, de los cuales un montante valorado en 7.500 millones vendría de parte del propio gobierno germano y el resto se obtendría a través de un consorcio de empresas y bancos como el Deutsche Bank.
La segunda parte, todavía bajo negociación, sería de 3.000 millones y en ella se busca la participación directa del gobierno de España como avalista. El motivo es que Siemens Gamesa, en tanto que viene de la antigua Gamesa, posee una fuerte presencia en el país, con más de 5.000 empleados directos en sus plantas.
En cualquier caso, aunque las negociaciones siguen abiertas, es posible que finalmente el ejecutivo ceda, puesto que Gamesa está radicada en País Vasco y la presión de los socios nacionalistas del actual gobierno es muy potente.
Siemens Gamesa hunde los resultados de Siemens Energy
El pasado día 15 se hicieron públicos los resultados de Siemens Energy, paraguas bajo el cual se encuentra Siemens Gamesa entre otras filiales. A pesar de que el desempeño general de la compañía se mostraba sólido, el conjunto de datos fue eclipsado por la nefasta gestión en materia eólica.
Excluyendo a Gamesa, las áreas de Gas Services, Grid Technologies y Transformation of Industry superaron sus previsiones de ventas. El resultado, excluyendo costes extraordinarios, fue un beneficio en línea o por encima de lo esperado.
Según se revela, a causa de Siemens Gamesa las pérdidas anuales de Siemens Energy ascienden a -4.588 millones de euros. Por adoptar una perspectiva correcta, esto supone multiplicar x10 las pérdidas del ejercicio anterior.
Christian Bruch, presidente y director ejecutivo de Siemens Energy, se pronunciaba en la misma presentación de resultados a través de las siguientes palabras:
“En un año de desafíos sin precedentes para Siemens Energy, dos tercios de nuestros negocios se encuentran en una trayectoria de crecimiento rentable, cumpliendo o superando sus objetivos para todo el año. Para nuestro negocio eólico de bajo rendimiento, todos los ojos deben estar puestos en la reducción de costos, la selectividad y la aceleración de la productividad mientras trabajamos continuamente en la remediación”
Sin embargo parece que el proceso no será rápido ni indoloro. Las estimaciones que baraja la compañía hablan de que en 2024 las pérdidas de Siemens Gamesa todavía serán altas, de aproximadamente -2.000 millones de euros. Sin embargo, los ingresos sí crecerían en positivo hasta posiblemente el 4% frente al retroceso actual de -5,1%.
Los problemas pasan de lo particular a lo general
Desde que Siemens entrase por vez primera en Gamesa en 2017, el recorrido no ha sido todo lo sencillo que se esperaba. La toma de control definitiva supuso el cambio de la cúpula directiva y la imposición de unos altos ejecutivos alemanes que no supieron adaptarse a los procesos de diseño y fabricación que tenía la empresa cuando andaba en solitario. A las pruebas nos remitimos.
Problemas con turbinas como la 5.X y la 4.X han supuesto o bien una demora en las entregas o bien un incremente desmesurado en los costes de reposición. Cabe señalar que, en garantía, la empresa se ha tenido que hacer cargo de desmontar, trasladar, reparar y volver a colocar las piezas que no han podido ser reparadas in situ. Más aparte, sufragar una cuantía no menos al cliente en forma de lucro cesante por el tiempo que ha tenido su molino sin funcionar.
Pero el actual estado de tensión que vive Siemens Gamesa no se queda únicamente en esta empresa, sino que por extensión afecta a parte del sector renovable europeo. El difícil acceso a los materiales, las trabas burocráticas y administrativas o la fuerte competencia de China hicieron que la propia Comisión Europea elaborase el pasado 23 de octubre un plan de rescate para la industria eólica comunitaria:
“La situación actual del sector europeo de la energía eólica requiere que la Comisión actúe de manera inmediata, en estrecha cooperación con los Estados miembros y la industria […] A pesar de ser un ejemplo de éxito europeo, la industria se enfrenta actualmente a una singular combinación de retos que ha ralentizado el ritmo de los avances”
Cabe recordar que los problemas que ahora se denuncian tampoco son nuevos. En 2021, otro gigante del sector como lo es Vestas tuvo que cerrar varias plantas de aerogeneradores. Por cierto, en aquella época Siemens Gamesa también hizo lo propio con sus plantas de Galicia y Cuenca.
La crisis actual afecta a otros importantes nombres, como la danesa Orsted, que ha reflejado pérdidas por valor de -2.667 millones de euros en los tres primeros trimestres del año. No se descartan nuevas sorpresas.