Comienza el juego del gato y el ratón en los mercados financieros. Tras un final de 2023 brillante y un arranque de año básicamente positivo, el precio de las acciones sufre su primer gran recorte. ¿El motivo? la siempre titubeante y contradictoria política de comunicación de los grandes bancos centrales, con el BCE y la FED como principales actores.
Como ya hemos indicado en publicaciones anteriores, la bonhomía del ejercicio 2024 vendrá fuertemente bajada por el inicio del recorte de tipos de interés. Después de haber tocado techo en el segundo semestre del pasado año, los bancos centrales han de afrontar ahora la relajación monetaria para evitar que el enfriamiento controlado de la economía devenga en una abierta recesión.
Ahora bien, debemos de ajustar correctamente el timming para evitar que la euforia del momento nos lleve a tomar malas decisiones. Si el mercado descuenta demasiado pronto las bajadas y éstas no se producen en el mismo plazo y/o misma intensidad, es normal ver sesiones como la de ayer en bolsa.
El principal desencadenante vino a propósito de una entrevista que Bloomberg TV realizó a Christine Lagarde en medio del Foro de Davos. En ella, la directora del BCE dijo que la bajada de tipos de interés está inicialmente prevista a partir de verano, rompiendo completamente los esquemas de quienes sostenían el comienzo de los recortes en marzo.
Evidentemente, estas declaraciones rompieron esquemas de los que se apresuraron con el timming. De ahí la caída del precio de las acciones de forma abrupta y generalizada.
El Mar Rojo, ¿un nuevo cisne negro?
Detrás del tono dubitativo de Lagarde subyace una preocupación real por el efecto que el conflicto en el Mar Rojo está teniendo sobre el coste de las importaciones. De hecho, si nos fijamos en el Drewry World Container Index podemos observar cómo los costes de flete desde Shanghai se han disparado enormemente:
La llegada al Mar Rojo de una flota comandada por EEUU parece ser el factor clave para remediar esta tensión. Ya han dado comienzo los primeros bombardeos sobre posiciones rebeldes en Yemen, y bajo escolta de buques armados ya han pasado cerca de un centenar de cargueros.
Asegurar la zona será primordial para controlar el normal funcionamiento de los canales de distribución. De lo contrario, un desvío por rutas alternativas supone de media 10 días más de viaje, con el efecto que eso tiene tanto en coste como en retrasos de producción.
El BCE nos proporciona una de cal y otra de arena
La publicación del último boletín económico del Banco Central Europeo nos dio las claves a propósito de la pasada reunión del mes de diciembre. En éste se incidía en que la previsión del IPC para la eurozona (dato capital para emprender una bajada de tipos) se había revisado a la baja, especialmente de cara al año que acabamos de estrenar:
“En general, los expertos del Eurosistema esperan que la inflación general alcance una media del 5,4% en 2023. , 2,7% en 2024, 2,1% en 2025 y 1,9% en 2026. En comparación con las proyecciones macroeconómicas de los expertos del BCE de septiembre de 2023 para la zona del euro, esto equivale a una revisión a la baja para 2023 y especialmente para 2024”
Sin embargo, como ya es costumbre, en las conclusiones no se atrevieron a poner fechas concretas para su recorte de tasas. De hecho, hoy día lo que barajan las casas de inversión se basa en las conjeturas de sus analistas y no tanto en declaraciones firmes de los protagonistas. El único compromiso que sí tiene fecha puesta es el de las reinversiones en el marco de la PEPP, es decir las compras de deuda pública a los países de la eurozona con motivo del Covid 19:
“Las futuras decisiones del Consejo de Gobierno garantizarán que los tipos de interés oficiales del BCE se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para garantizar ese retorno oportuno […] El Consejo de Gobierno tiene la intención de reducir la cartera de PEPP durante el segundo semestre de 2024 y suspender sus reinversiones en el marco del PEPP a finales de 2024.”
¿Qué ocurre en la FED mientras tanto?
Así como el escenario que dibuja el Banco Central Europeo es poco claro, parece que en EEUU no encuentran las mismas dificultades. Ayer se conoció la última edición del libro Beige de la FED, aquel que recoge los datos e indicadores sobre los que ésta basa sus decisiones.
En dicho libro se recoge que la inflación está desacelerándose al mismo tiempo que se rebajan la subida de salarios y se contraen las contrataciones. Precisamente estos tres factores son los más importantes a la hora de determinar el rumbo de los tipos de interés. Esto hace que, al menos de momento, podamos mantener las mismas previsiones sobre la Reserva Federal y las bajadas de tipos se produzcan en tiempo y forma.
El precio de las acciones europeas se contrae al unísono
Durante la sesión de ayer pudimos ver cómo el Viejo Continente sucumbía ante las noticias negativas. Comenzó la sesión y las acciones cotizaron a la baja por contagio del día anterior en EEUU, sin embargo las dudas de Lagarde son las que dieron la puntilla.
Así, el IBEX sucumbió un -1,19%, el CAC 40 francés un -0,99%, el agregado europeo Stoxx 50 un -0,91%, el AEX neerlandés un -0,86%, el MibTel italiano un -0,77% y el DAX 30 alemán un -0,75%:
Por el momento los futuros parecen venir nuevamente en rojo. Eso sí, con una intensidad mucho menor.