El impuesto a las emisiones CO2 de la UE aviva tensiones con China e India

La entrada en vigor del Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) ha supuesto un nuevo frente de discordia entre la UE y China e India. Europa decide así poner en marcha un impuesto a las emisiones CO2 en donde las exportaciones de estos dos países orientales quedarán afectadas.

Este nuevo “impuesto al carbono” formaría parte de un conjunto de medidas aprobadas ya en los Acuerdos de París.

El también llamado Objetivo 55 pretende que las emisiones de CO2 se reduzcan en un 55% de cara a 2030, tomando como referencia los niveles registrados en 1990. Las aspiraciones europeas irían a más, porque plantea una reducción absoluta para el 2050.

Cabe recordar que, según datos de 2021, entre China e India se emite casi el 40% del CO2 mundial. Esto les convierte, junto a otras economías como EEUU, en el punto de mira del CBAM:

Desglose de los países más contaminantes del mundo / Fuente: Statista

El impuesto a las emisiones de CO2 comienza a rodar

Aunque la aplicación efectiva está prevista para el año 2026, desde el 1 de Octubre ha entrado en vigor el periodo transitorio. Durante este tiempo, se pide a los importadores europeos que efectúen un registro detallado de todas aquellas importaciones que realice de países fuera de la unión.

Dicho registro ha de incluir una serie de datos muy específicos, como datos de las emisiones en origen y destino, especificación de los productos, datos de emisiones de las fábricas en donde se producen los bienes, etc. En caso de que la información sea errónea o inexacta, las empresas se arriesgan a importantes multas.

Según la propia descripción que podemos encontrar en la web referida a dicho impuesto:

“El Mecanismo de Ajuste de Carbono en Frontera (CBAM) de la UE es nuestra herramienta histórica para poner un precio justo al carbono emitido durante la producción de bienes intensivos en carbono que ingresan a la UE y para fomentar una producción industrial más limpia en países no pertenecientes a la UE”

Los sectores afectados por este impuesto serían: cemento, hierro y acero, aluminio, fertilizantes, electricidad e hidrógeno.

Aunque a simple vista podríamos pensar que el impuesto a quien más afecta es a los europeos, lo cierto es que el impacto en los países fabricantes es igualmente elevado.

Una de las importaciones afectadas por el impuesto a las emisiones de CO2, tal y como hemos señalado en el apartado anterior, es el acero. Desde China, la Asociación China del Hierro y el Acero (CISA), con el apoyo del Estado, ha elevado sus protestas a la propia UE, pues según sus datos la aplicación de esta medida podría incrementar los precios entre un 6% y un 8%, haciendo inviables las exportaciones.

Por su parte, el ministro de Comercio e Industria de la India, Piyush Goyal, también ha salido a criticar la medida considerándola absurda y poco efectiva. Según el dirigente, coincidiendo con la opinión china, la aplicación del CBAM no tiene en cuenta las diferentes fases de producción que se producen en unos países u otros.

Aplicar medidas locales, ¿una solución?

Como forma para tratar de evitar este impuesto, tanto China como India están planteando la adopción de medidas internas equivalentes al impuesto de emisiones de CO2 que aplica la UE. Pekín, a través del Ministerio de Medio Ambiente de China, ordenó recientemente recabar datos exactos de la contaminación producida en el país como paso previo a una posible tasa.

Por su parte, en la India se baraja aplicar también un gravamen local con el que costear la transición energética. Sin embargo, ya han avanzado que dicho impuesto no se podría comparar en su severidad a lo que estamos viendo en Europa.

¿Un impuesto conveniente?

Si bien todo lo que tiene que ver con tasas e impuestos provoca rechazo con su mera mención, el Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM) bien podría estar justificado en tanto que viene a solucionar una desigualdad evidente.

A nivel interno, los países europeos ya sufragan un gasto extra por las emisiones de carbono. Sin embargo, esto no impide que los consumidores adquieran productos de fuera de la UE donde no se aplica ningún tipo de gravamen. Esto de por sí genera una enorme desigualdad operativa, porque hace que las empresas europeas sean menos competitivas que las extranjeras.

Por lo tanto, el CBAM lo que viene a traer es un impuesto sobre aquellos productos importados que son susceptibles de pagar esta tasa. En total, se calcula que afectará al 3% de las importaciones de la Unión, un importe que asciende a 60.000 millones de dólares anuales.

En paralelo, por qué no decirlo, la introducción del impuesto a las emisiones de CO2 también vendría a engrosar el presupuesto europeo. El incremento se realizaría sin necesidad de que ello se efectúe a costa de mayores contribuciones de los ciudadanos de la Unión.

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