Apple entierra todos sus planes en torno a los coches eléctricos y prioriza esfuerzos en la IA

Punto y final a uno de los sueños más perseguidos por los fans de Apple. La firma de Cupertino anuncia el cierre irrevocable de su proyecto de coche eléctrico, el bautizado popularmente como iCar. Parece que los esfuerzos de todos estos años no han resultado suficientes, las demoras, los cambios de rumbo y un alto coste terminaron por enterrar la idea.

Cabe señalar además que, con el paso del tiempo, los objetivos estratégicos han ido cambiando. Si antes resultaba prioritario abrirse hueco en un mercado donde Tesla era líder en solitario, hoy todo es distinto. Las firmas chinas han irrumpido con fuerza, al mismo tiempo que los fabricantes tradicionales (Mercedes, Audi, Ford,…) poco a poco desertan de la idea de un 2030 con un parque móvil totalmente electrificado.

El iCar de Apple, una década perdida

Conocido en origen como Proyecto Titán, en 2014 se inició la carrera por construir un icono de la conducción. En su momento, Apple buscaba crear una berlina deportiva de alta gama (+100.000 $) capaz de abrirse hueco entre los coches de lujo. Sabedores de que, por ser Apple, tenía que destacar, se perseguía mayor autonomía que nadie, mejores prestaciones y una apariencia fácilmente reconocible. De hecho, de lo poco que hemos sabido sí que conocemos que Luigi Taraborrelli, creador de varios Lamborghini, sería el diseñador.

Según desveló el diario Bloomberg, el pasado martes Jeff Williams y Kevin Lynch, director de operaciones y vicepresidente del proyecto respectivamente, fueron los encargados de dar la noticia. Apple había decidido dar carpetazo a un sueño que había costado miles de millones de dólares. El futuro de sus 2.000 empleados todavía está en el aire, aunque en su mayoría serán reubicados.

Son varios los motivos detrás de esta decisión, pero podemos centrarnos en abordar los 3 más destacables:

  1. Preocupación por la rentabilidad. Apple posee generosos márgenes de beneficios en sus productos, y tal y como apuntaban los números, sería difícil encontrarlos en el iCar.
  2. Constantes cambios en el proyecto. Ya no es sólo el diseño, Apple tuvo que modificar sus aspiraciones iniciales al ver cómo la tecnología autónoma no se desarrollaba como esperaba.
  3. Falta de atractivo en el mercado. El boom de los coches eléctricos parece haber pasado, cosa que ha reconocido incluso el propio Elon Musk. No es lo mismo entrar a formar parte de una ola incipiente que llegar en un mercado maduro donde la competencia reduce el nicho de mercado disponible.

Lo importante ahora es la IA

Como suele decir el refrán: “El rey ha muerto. Viva el rey”. La fiebre del coche eléctrico queda descartada y ahora lo importante es la inteligencia artificial. Apple está priorizando esfuerzos para alcanzar los desarrollos de Meta, Google o Microsoft, quienes ya lideran el mercado.

Según parece, la próxima actualización de iOS ya incluirá los primeros prototipos de chatbot inteligente. Por el momento está en fase de pruebas dentro del servicio Apple Care, y parece que con gran éxito. La firma de Cupertino tiene prevista una implantación completa para finales del presente ejercicio

Otros proyectos que sí salieron adelante: Waymo y Zoox

En el afán por querer opacar el éxito del (entonces) incipiente Tesla no estaba solamente Apple. Otros grandes del sector tecnológico anunciaron en su día que iban a desarrollar propuestas de movilidad innovadoras y sostenibles, basadas igualmente en motores eléctricos.

Hablamos pues de dos casos de éxito, dos proyectos que nacieron en el banco de pruebas, al igual que el iCar, pero que han logrado salir adelante. El primero de ellos por antigüedad sería Waymo, perteneciente a Google. Su idea desde luego fue mucho menos ambiciosa que la de Apple, optando por vehículos de tamaño reducido y que principalmente estén pensados para viajes por entornos urbanos. La empresa como tal se lanzó oficialmente al mercado en 2016, y cuanta con importantes partners de negocio como puede ser por ejemplo Fiat.

Waymo es factible y rentable porque desde sus orígenes no se ha querido complicar con las cuestiones de la conducción autónoma, sino que ha dispuesto de volante y pedales para que sea un ser humano quien ejecute la conducción. Ello no quita para que cuente con un sinfín de dispositivos de movilidad inteligente, pero desde luego se parece más a un coche tradicional que a un transporte futurista.

El segundo caso está a punto de ser una realidad después de haber pasado por un largo periodo de pruebas. Estamos hablando de Zoox, una startup que Amazon adquirió en 2020 por un valor de 1.200 millones de dólares y que está llamada a ser el servicio de taxis del futuro, totalmente autónomos y con capacidad de circular hasta 125 km/h. A día de hoy, según parece, es el prototipo de coche sin conductor que mejores resultados está ofreciendo en el mercado, toda vez que otros competidores como Cruise han visto su licencia revocada por un atropello o Tesla está teniendo juicios por el mal funcionamiento de su Autopilot.

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