Durante los años 2016 a 2019, Facebook llevó a cabo un seguimiento detallado de cómo los usuarios utilizaban ciertas aplicaciones de redes sociales. En particular, estamos hablando de Snapchat, Amazon y Youtube, con el objetivo de obtener una ventaja competitiva sobre ellos, sus principales competidores.
A grandes rasgos, se pudo constatar que dicha información proviene de documentos legales que fueron desclasificados por un tribunal federal de California como parte de una investigación sobre una demanda colectiva antimonopolio dirigida hacia Meta, la empresa matriz de Facebook.
De acuerdo con estos documentos internos, Facebook implementó un programa confidencial bajo su autoría. El mismo estuvo destinado a interceptar y analizar el tráfico de red entre los usuarios de estas plataformas y sus servidores. A raíz de ello, le brindaba a Facebook una comprensión detallada de las interacciones de los usuarios en dichas apps.
Proyecto Cazafantasmas de Facebook – ¿De qué se trata este plan “ultrasecreto”?
Tal cual mencionamos con anterioridad, Facebook realizó un análisis secreto de los datos de usuarios de Snapchat, Amazon y YouTube a través de un proyecto encubierto conocido como “Proyecto Cazafantasmas”, con el fin de entender cómo se utilizaban los sitios web de la competencia.
En retrospectiva, este plan “ultrasecreto” estuvo bajo la supervisión del CEO Mark Zuckerberg. Por su parte, involucró la descodificación del tráfico protegido por SSL para compilar información analítica sobre los competidores.
Contrario a lo pensado, dentro de Facebook surgieron preocupaciones internas acerca de la ética de interceptar datos cifrados. Todo esto a pesar de que la compañía defendió públicamente que las acusaciones de los demandantes carecían de fundamento.
El “Proyecto Cazafantasmas”, llamado así por el logo de Snapchat, desarrolló una tecnología especial para vulnerar el cifrado utilizado por estas aplicaciones. Ante ello, la solución encontrada fue emplear Onavo, un servicio con funciones similares a una VPN que Meta había adquirido en 2013.
Facebook y la violación de la privacidad – Revelaciones impactantes
En línea con los documentos desclasificados, Facebook empleó una táctica similar a la utilizada por delincuentes informáticos en pro de interceptar mensajes entre dispositivos sin autorización. Al hacer gala de ella, pudo llevar a cabo múltiples análisis de flujos de datos y el robo de información confidencial sin detección alguna.
Al utilizar Onavo, pudo ejecutar tales funciones y, también, se dispuso a instalarlo en iOS y Android. Con esta jugada, alcanzó a adentrarse en los sistemas operativos predominantes en dispositivos móviles. Enseguida, posibilitó la decodificación de “tráfico cifrado” y la capacidad de medir la actividad detallada dentro de aplicaciones, según se reveló en comunicaciones internas.
Inicialmente, Facebook recurrió a este método para comprender el comportamiento de los usuarios de Snapchat, sobre todo en Estados Unidos. Sin embargo, más tarde también lo aplicó contra Amazon y YouTube, según lo desvelado en procesos judiciales.
Por último, Facebook descontinuó Onavo después de que se descubriera que la compañía pagaba a usuarios jóvenes de entre 13 y 35 años para obtener acceso a su privacidad. Cada uno de ellos simplemente tenía que instalar una aplicación en sus dispositivos, permitiendo el rastreo de toda su actividad en línea y sus registros telefónicos.
Debate sobre privacidad en línea – Desafíos éticos en el espionaje de datos
Varios trabajadores de Facebook expresaron inquietudes éticas y de seguridad respecto al proyecto. Asimismo, en 2020, dos usuarios presentaron una demanda colectiva contra la empresa, acusándola de engañar sobre sus prácticas de recolección de datos y de usar injustamente la información para competir con otras compañías.
Amazon optó por no comentar sobre el tema, mientras que Google, Meta (la compañía matriz de Facebook) y Snap no respondieron. Sin duda, sugiere una respuesta mixta y falta de claridad por parte de las empresas involucradas acerca de la legitimidad y alcance de las acciones de Facebook.
Pero sin importar qué, este caso subraya el debate sobre la privacidad en línea y el uso ético de los datos de los usuarios. Aunque Facebook poseía como objetivo el hecho de mejorar su competencia en el mercado de las redes sociales, las revelaciones acerca del Proyecto Cazafantasmas generan interrogantes sobre los límites legales y hasta donde podremos llegar.
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