Neuralink implanta tecnología cerebral en humanos por primera vez

Nadie puede negar que la figura de Elon Musk es fascinante. Su visión empresarial le ha llevado a apostar por proyectos tan radicalmente diferentes como lo pueden ser los coches eléctricos (Tesla), los cohetes espaciales (SpaceX) o los lanzallamas (TheBoredCompany). Neuralink es el último de sus sueños, y en este caso se trata de una propuesta biotecnológica que nos acerca un paso más a un escenario completamente futurista.

En el día de ayer, el propio Musk dio a conocer que se había logrado implantar con éxito el chip Telepathy en un paciente humano. El objetivo de este primer ensayo será que el usuario tenga la capacidad de controlar dispositivo electrónicos a través de su mente y sin la necesidad de contacto físico ninguno:

Los primeros ensayos dieron comienzo el pasado 19 de septiembre de 2023, dentro del proyecto que fue bautizado como PRIME. Se trata pues de un primer paso dentro del amplio abanico de desarrollos que persigue Neuralink y cuyo objetivo final pasa por devolver habilidades a personas que han perdido sus capacidades.

El prototipo que se está usando en este estudio clínico es el implante N1, catalogado como interfaz cerebro-computadora (BCI) inalámbrica. La colocación de estos dispositivos es altamente compleja. Es por eso que, al margen del propio chip, la empresa de Musk incluye en sus desarrollos al robot que se encarga de efectuar el implante con una precisión matemática. Dicho robot recibe el nombre de R1.

Dentro del amalgama de empresas y compañías bajo el control de Elon Musk, Neuralink parece ser el proyecto más prometedor del magnate con permiso del Robot Optimus de Tesla. Esta empresa lleva operando años en la sombra, pues se creó en el año 2016 a pesar de que poco ruido había generado hasta la fecha.

El objetivo de Neuralink pasa por fabricar en implantar una serie de chips en humanos con el objetivo de tratar trastornos de salud producidos por fallos neuronales. Dicho por ellos mismos en su web:

“Crear una interfaz cerebral generalizada para restaurar la autonomía de quienes hoy tienen necesidades médicas insatisfechas y desbloquear el potencial humano del mañana.”

Para ello existen diferentes etapas de desarrollo, que pasarán desde el mero control de dispositivos a través del chip hasta la integración con los últimos avances en IA. Recuperar la visión, volver a tener movilidades básicas que habían quedado inactivas por un fallo cerebral,… las posibilidades que plantea este reto son muchas, pero ello inexorablemente va parejo de un amplio debate sobre la ética del transhumanismo.

Debate abierto en la comunidad científica

Desde que se conocieron los primeros intentos por implementar la tecnología en el cuerpo humano, muchas son las preguntas que se hace la comunidad científica al respecto. En cierto modo, el uso de transmisores ya lleva tiempo en el mercado, y diferentes chips implantados en el córtex cerebral permiten a pacientes con parálisis emitir ciertas órdenes a una máquina. Empresas como Precision Neuroscienc o Blackrock Neurotech trabajan con ello dese hace años. La principal novedad pues que aporta Neuralink sería el hecho de poder ejecutar todas esas operaciones sin necesidad de cables, todo en remoto.

Ahora bien, el problema que se plantea reside en el alcance de lectura que estos dispositivos puedan ejercer sobre los pacientes. Un dispositivo altamente desarrollado sería capaz de leer los pensamientos del individuo sin su permiso, e incluso implantarle recuerdos y emociones de manera artificial. Es por eso que desde hace tiempo se viene demandando una suerte de comité de supervisión que ayude a establecer los límites éticos y legales a esta tecnología que parece llegar más pronto de lo que pensábamos.

Nulo impacto en las acciones de Tesla

Como era de esperar, el anuncio de Musk no ha tenido (ni tendrá, al menos de momento) impacto alguno sobre las acciones de Tesla, la que aún hoy sigue siendo la principal empresa del magnate. Al igual que ocurre con otros proyectos como Starlink o SpaceX, se trata de empresas que desarrollan su carrera de manera autónoma, por lo que no interfieren en el negocio de la automovilística.

Caso distinto fue el que ocurrió cuando Musk se decidió a comprar la red social Twitter. En aquel momento sí hubo una reacción en bolsa importante, ello debido al alto precio que se iba a pagar en la operación y al hecho de que fuere necesarios que el empresario vendiera parte de sus acciones para sufragarlo.

No así, Neuralink partió de cero y poco a poco ha ido creciendo con autonomía. La única relación que guarda con Tesla es la titularidad de su accionista principal, pero poco más. No sabemos si en los planes de la tecnológica entra el llegar a controlar un Model 3 con la mente, pero para eso todavía queda mucho recorrido.

Artículos relacionados