La banca privada ha recibido 140.000 millones de euros en dinero público

El pasado 24 de enero, un grupo de reputados economistas, junto con algún eurodiputado remitió una carta abierta al Consejo de Gobierno del BCE. En dicha misiva se puso en evidencia una mala práctica detectada por parte de la banca privada, consistente en aprovechar las herramientas monetarias puestas (supuestamente) al servicio del ciudadano para lucro propio.

Esta denuncia viene a señalar los altos ingresos que la banca obtiene mediante la facilidad de depósito. En un año en el que las entidades españolas han obtenido beneficios récord (26.000 millones de euros), las ayudas postcovid no se perciben en el tejido social. El efecto de la inflación se ha cebado con las familias, que han perdido poder adquisitivo mes tras mes, y sólo la banca vive hoy mejor que antes.

Vamos a explicar con más detalle el contenido de la carta partiendo de sus elementos esenciales:

¿En qué consiste la facilidad de depósito?

Dentro de los instrumentos de política monetaria del BCE, al margen de los tipos de interés oficiales, está lo que se conoce como la facilidad de depósito. Se trata pues de una suerte de imposición a plazo fijo que la banca privada puede realizar en el Banco Central Europeo. El cliente retail e institucional deposita sus fondos en los bancos, y estos a su vez tienen la opción de hacerlo en el BCE.

La facilidad de depósito se efectúa desde un plazo mínimo de un día, y no hay restricciones ni en lo concerniente a cuantía ni a tiempo. De este modo, el banco que no encuentre un mejor destino para su dinero puede dejarlo en el BCE sabiendo que le pagarán un alto interés.

La facilidad de depósito tiene a su vez un reflejo directo en la remuneración que se ofrece al ciudadano medio. En situaciones normales, si la facilidad aumenta también aumentan los intereses de los plazos fijos. Sensu contrario, si la facilidad disminuye también disminuyen los intereses de los plazos fijos. En la siguiente gráfica podemos ver los niveles de facilidad de depósito de los últimos años:

Detalle de evolución de la facilidad de depósito del BCE / Fuente: Investing.com

Con esta gráfica se explica de forma sencilla el por qué de la sequía de depósitos durante años. Sólo a partir de la vuelta de una política monetaria restrictiva es cuando hemos vuelto a ver tasas positivas.

Un uso en beneficio propio

Lo que la carta denuncia ante las autoridades es el uso que la banca da de la facilidad de depósito. Los firmantes de la misma estiman que las entidades están obteniendo por esta vía ganancias milmillonarias:

“Actualmente, los bancos comerciales obtienen más de 140.000 millones de euros al año en ganancias libres de riesgo . Esta ganancia inesperada se debe en gran medida a los altos tipos de la facilidad de depósito del BCE y a las importantes reservas que estos bancos mantienen en el BCE”

El problema es que, paralelamente, los mismos bancos están remunerando a sus clientes con unas tasas mínimas. Esto es especialmente doliente habida cuenta de que el dinero que hay en el balance del banco es dinero previamente depositado por estos clientes:

“Es muy preocupante que mientras los bancos han recibido un 4% sobre sus reservas en el Eurosistema, sus clientes reciben una remuneración mínima sobre sus ahorros, con una media del 0,35% en toda la zona euro. En Como resultado, los hogares ordinarios no están cosechando los beneficios de los altos tipos de interés fijados por el BCE, mientras que soportan los costes de unos pagos de intereses más elevados en sus préstamos e hipotecas.”

Entre los firmantes de la carta encontramos perfiles como el Prof. Paul De Grauwe, de la London School of Economics, o Sebastian Diessner, de la Leiden University.

No es la primera vez que el BCE da beneficios extraordinarios a la banca

A pesar de que el rol que ocupa el BCE es el de regulador y supervisor de los grandes bancos centrales, siendo estos a su vez supervisores de los bancos domésticos, lo cierto es que ocasionalmente se ha convertido en una de sus grandes fuentes de ingresos. El caso más notable fue el ocurrido en la pasada crisis de deuda de la eurozona.

Durante los años 2010-2012, los países de la eurozona se enfrentaron a una crisis sin precedentes. Las primas de riesgo de los países afectados se disparó a niveles nunca vistos, con economías como Grecia, Portugal, España o Irlanda en el ojo del huracán. En este contexto, con un BCE poco bregado en este tipo de situaciones, se optó por un rescate por la puerta de atrás.

En tanto que el Banco Central Europeo no podía aplicar un rescate directo a los países, se optó por inyectar crédito barato a la banca privada y que fuera ésta la que a su vez se encargase de comprar los bonos soberanos. Esta práctica, que en el mundo anglosajón recibe el nombre de crowding out, no deja de ser una forma de dar crédito al sector público detrayéndolo al privado.

Así, sólo en España, la compra de bonos nacionales por parte de los bancos se disparó un 81% entre 2011 y 2013. Nuestro país no fue único, sino que el mismo modelo lo siguieron otros de la eurozona.

Evolución de las compras de deuda pública por parte de la banca privada / Fuente: BCE, Bundesbank

¿Qué ocurrió? Pues que una vez comenzó a aplicarse una bajada de tipos severa, a partir del “Whatever it takes“, y las primas de riesgo cayeron a plomo, las carteras de bonos país en manos de la banca privada se dispararon. Así, la revalorización hizo que muchas entidades pudieran vender la renta fija en el mercado secundario capitalizando millonarias ganancias.

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