Trabajar en Glovo no es lo que parece, bajo la lupa de la Ley Rider, se trata de contratos a “falsos autónomos”. Lo que ha llevado a que la empresa de delivery deba enfrentar una sanción.

La normativa, que entro en vigencia en agosto del año 2021, solicita a este tipo de plataformas de trabajo, que regularicen la situación de sus colaboradores. La Ley Rider, demanda explícitamente que sean bien definidas las condiciones de cada repartidor bajo el esquema de asalariado.

A dos años de esto, para los trabajadores dentro de la aplicación de Glovo, la situación laboral podría llevarlos a condiciones poco favorecedoras. Sin embargo, hay opiniones encontradas y quienes declaran que el modelo de trabajo se ajusta a sus requisitos.

Fernando Roan “La Ley Rider está llena de imperfecciones”

La Ley Rider, fue explícitamente elaborada para regular la actividad que desempeñan quienes se suman a colaborar con plataformas digitales, en este caso hablamos del gigante de los envíos a domicilio, Glovo.

Parece que la Ley Rider no ha sido suficiente para terminar con este tipo de contrataciones, ya que dos años después, que entro en curso legal, siguen habiendo irregularidades. El presidente de la Asociación Unificada de Riders (AUR), Fernando Roan, asegura:

“Se trata de una ley llena de imperfecciones. Tiene muchos puntos negros que hacen referencia a una presunción de condiciones laborales, donde las plataformas están estirando el chicle para no contratar a ningún rider”.

Dicha normativa, fue impulsada por el Ministerio de Trabajo, y aprobada por las Cortes españolas. Para que dejasen de ser considerados trabajadores autónomos, las personas que prestan servicio de manera recurrente en plataformas digitales, como Glovo. Donde, la interfaz virtual no es la intermediaria, sino la empresa que presta el servicio.

Condiciones poco claras al trabajar en Glovo

Trabajar en Glovo como autónomo no es lo que parece - La empresa es sancionada tras la ley rider

La conocida empresa dedicada al reparto a domicilio, Glovo, fue multada por la Inspección de Trabajo. Se corroboró que mantenía bajo un acuerdo fraudulento la relación con 49 repartidores, ubicados en Asturias. Lo cual fue confirmado por el Ministerio de Trabajo.

La citada ley establece un marco regulatorio que protegería las condiciones con las que los repartidores que colaboran con el servicio son afiliados. Sin embargo, esto no quedaría del todo claro a la hora de trabajar en Glovo, pues se estaría esquivando la presunción de laboralidad.

Por su parte, Glovo ha indicado que se trata de una “propuesta provisional” que se había ejecutado únicamente con los 49 riders mencionados. La plataforma registra a más de 19.000 usuarios que operan haciendo reparto, y no se trata de una generalidad.

“La reprimenda se basa, únicamente, en el testimonio de dichos repartidores y no en un análisis de las características operativas actuales de la app de Glovo en España” dijo un portavoz de la empresa.

La otra cara de la moneda

Trabajar en Glovo como autónomo no es lo que parece - La empresa es sancionada tras la ley rider

¿Qué dicen los repartidores? Pues, son muchos los falsos autónomos que se pronuncian a favor de las condiciones que les confiere trabajar en Glovo. Un gran grupo no desea que se regularice su situación, para pasar a ser asalariados, tal cual lo exige la ley.

Los riders remarcan la dificultad para encontrar trabajo en el rubro, por lo que prefieren continuar como autónomos, ya que si no lo hacen, las oportunidades laborales son menos. Además, plantean que al estar contratados, es obligatorio trabajar sin importar el clima, pero como autónomo, gozan de mayores libertad en cuanto a sus horarios.

En sus numerosas manifestaciones por toda España, desde que comenzó a establecerse el borrador de la Ley Rider hasta que entro en vigor, promulgan el lema: “Por una Ley Rider que nos oiga, que permita tarifas justas y cambios negociados, que no nos precarice, que construya y no destruya”.

Al trabajar en Glovo, el enfoque se ve potenciado por algunos cambios que desarrolló la plataforma. La cual dejó de asignar franjas horarias, permitiendo a los repartidores elegir sus tiempos y tarifas.

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