El director de Ratings Soberanos de S&P Global Ratings, Marko Mrsnik, presentó ayer ante los medios el último Economic Outlook 2024. En dicho informe se recogen las perspectivas que la casa de análisis maneja al respecto de la marcha de las diferentes economías durante el año que acabamos de estrenar. Dicha presentación nos dejó varios titulares interesantes, tanto a escala doméstica como a escala europea.
En primer lugar, la agencia destaca que para este ejercicio se producirá un total de tres recortes de tipos de interés por parte del BCE. En total, estos recortes sumarían 75 puntos básicos (es decir, un 0,75%) y se efectuarían en tramos de 25 puntos. Los recortes presumiblemente comenzarán a producirse a partir de la segunda mitad del año, tal y como advirtieron el pasada mes de diciembre otras entidades privadas como Bank of America. En paralelo, S&P Global Ratings reconoce que no esperan que la inflación regrese a su objetivo del 2% hasta el próximo año.
“La primera bajada de tipos puede producirse en la segunda parte de 2024 y descontamos hasta 3 recortes de tipos de 75 pbs en total. El BCE ha hecho los deberes, pero no alcanzará su objetivo de inflación en el 2% antes de 2025”
En la presentación también se han proporcionado algunos datos relevantes acerca de la evolución de las economías europeas, desglosando además por países. A continuación vamos revelar cuáles han sido las conclusiones que nos hemos encontrado.
El caso particular de España
Entrando a valorar la perspectiva española, lo cierto es que S&P Global Ratings nos sitúa en una posición mucho más ventajosa que la de resto de nuestros socios europeos. En primer lugar, el crecimiento esperable para España se situaría en el 1,8% para este año, mientras que, como veremos más adelante, la cifra para el conjunto de la eurozona sería del 0,8%.
A nivel de precios, la agencia considera que este año todavía estaremos por encima del 3%. En concreto hablan de un cierre de diciembre en el 3,1%, y ya en 2025 llegaríamos al 1,9% para alcanzar después el 1,5% en 2026.
En lo que refiere al paro, la agencia considera que la última reforma laboral habría ayudado a sostener el empleo, si bien es cierto que aún y con todo seguiremos siendo el país europeo con mayor tasa de paro y mayor tasa de paro juvenil.
Ya por último, S&P Global Ratings ha querido referirse al desfase de las cuentas públicas, mesurado éste siempre a través del dato de déficit. La agencia considera que el déficit de 2024 será del 3,2% este año, del 3,3% el siguiente y del 3% al cierre de 2026. La deuda pública seguirá insistentemente por encima del 100%, lo que supone una barrera a una posible mejora del rating actual de A/Estable/A-1. Los norteamericanos advierten: si la deuda se incrementa hay serias posibilidades de empeoramiento del rating.
S&P Global Ratings señala a los sectores más endeudados
Un aspecto secundario recogido en el informe, pero que tiene especial relevancia sobre todo si estamos acostumbrados a la inversión en acciones o bonos, es el potencial perjuicio que el actual contexto de tasas altas tiene sobre determinados sectores.
En un contexto de fuerte presión financiera, los sectores que mayor riesgo presentan son aquellos con los vencimientos a corto plazo. Sus tasas de refinanciación estarán más comprometidas, y a día de hoy la construcción, el sector hotelero o las utilities son las industrias con un mayor nivel de apalancamiento en este sentido.
¿Cómo resulta el contexto en el resto de Europa?
Ya a finales del pasado mes de noviembre, la misma agencia publicó un informe de perspectivas centrado en el caso europeo. En éste se desprendía que la tasa de crecimiento para el año en 2024 oscilaría entre el 0,6% y el 0,8%:
“El escenario más probable a corto plazo sigue siendo un aterrizaje suave de la economía europea, con un aumento de los ingresos reales debido a la desinflación y a la resistencia de los mercados laborales. Esperamos que la economía de la eurozona crezca un 0,6% en 2023 y un 0,8% en 2024, una desviación marginal de nuestra previsión anterior.”
En esta nueva presentación, el objetivo sobre el que más se trabaja sería el 0,8%, aunque sin embargo el crecimiento se presenta de forma irregular según los países afectados. Por ejemplo, se espera que el crecimiento de Alemania termine limitado a un 0,5%, siendo la gran economía europea que peor comportamiento presentará. Ello se debe en buena medida al fuerte deterioro que ha tenido el sector industrial en el país fruto de la crisis energética y el reflejo de la guerra de Ucrania. Otras economías relevantes serían Italia, con un crecimiento del 0,6%, o Francia, que en su caso ascendería hasta el 0,9%.
Aún así la agencia mantiene los mismos riesgos sobre el crecimiento que ya pudieron advertir en la nota emitida en noviembre. El mercado laboral, la financiación y la evolución del IPC resultarán esenciales para que se cumplan estos objetivos de crecimiento:
“Muchos factores podrían hacer descarrilar el escenario de aterrizaje suave. Desde una perspectiva de riesgo endógeno, prestaremos especial atención a tres factores: la resistencia de los mercados laborales, especialmente en los países cuya productividad está disminuyendo; las expectativas de inflación, que no se han reducido al mismo ritmo que los precios de consumo; y las condiciones de financiación, considerando que los tipos de interés reales ya no son negativos.”