En un giro sorprendente de eventos, el mundo de los videojuegos y la tecnología fue testigo de un hito que podría redefinir el panorama de la industria: la unión Microsoft Activision Blizzard.
Luego de meses de especulaciones y negociaciones, Microsoft finalizó la compra de Activision Blizzard, una de las empresas más emblemáticas en la industria del entretenimiento interactivo. Pero este no fue un simple trato comercial. La oficina antimonopolio del Reino Unido, en un rápido cambio, otorgó su aprobación al acuerdo bajo ciertas condiciones.
Se trata de ciertas garantías que buscan asegurar que la competencia en el mercado de juegos en la nube no se vea obstaculizada.
Antecedentes de la adquisición Microsoft Activision Blizzard
Desde que surgieron los primeros rumores sobre el interés de Microsoft en adquirir Activision Blizzard, la industria y los aficionados estuvieron a la expectativa. La magnitud de tal compra, valorada en 68.7 mil millones de dólares, prometía reconfigurar el panorama de los videojuegos a nivel global.
Microsoft, conocido por su consola Xbox y su plataforma de juegos en la nube, vio en Activision Blizzard, creador de franquicias icónicas como “Call of Duty” y “World of Warcraft”, una oportunidad para fortalecer su presencia en el mercado.
No todos veían con buenos ojos esta unión. La Comisión Federal de Comercio (FTC) de EE.UU. expresó su preocupación desde el inicio. En ese sentido, argumentaron que el acuerdo podría representar una amenaza para la competencia, especialmente en el emergente mercado de juegos en la nube.
A pesar de las reticencias, un juez estuvo de acuerdo con Microsoft, permitiendo que las negociaciones avanzaran. Pero la FTC no se quedó de brazos cruzados y decidió apelar la decisión. De esa manera, dio inicio una serie de batallas legales que captaron la atención tanto de la industria como del público general.
La aprobación del Reino Unido
Mientras la FTC en EE.UU. mantenía sus reservas, el foco se desplazó hacia el Reino Unido, donde otra batalla regulatoria estaba en marcha. La oficina antimonopolio del Reino Unido, conocida como la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA), se encontraba en el proceso de evaluar el impacto que la adquisición podría tener en el mercado local.
La CMA, consciente de la influencia combinada que Microsoft y Activision Blizzard podrían ejercer, se tomó su tiempo para analizar el acuerdo en detalle. Finalmente, el pasado viernes, la oficina dio su veredicto: el acuerdo podría proceder, pero con condiciones específicas.
We’ve cleared the new deal for Microsoft to buy Activision without cloud gaming rights.
In August, Microsoft made a concession that would see Ubisoft, instead of Microsoft, buy Activision’s cloud gaming rights.
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— Competition & Markets Authority (@CMAgovUK) October 13, 2023
Una de las principales garantías impuestas fue que Microsoft no podría bloquear la competencia en el mercado de juegos en la nube. Para asegurar esto, se estableció que Ubisoft compraría los derechos de juego en la nube de Activision Blizzard. Esta decisión buscó diversificar el mercado y evitar que un solo jugador, en este caso Microsoft, tuviera todo el control.
La aprobación de la CMA fue un hito crucial en este proceso de adquisición. Aunque venía con condiciones, marcó un paso significativo hacia la finalización del acuerdo entre Microsoft y Activision Blizzard.
El papel de Ubisoft en el acuerdo
La introducción de Ubisoft en el proceso fue una sorpresa para muchos. Reconocida ampliamente por franquicias prestigiosas de videojuegos como “Assassin’s Creed” y “Far Cry”, se convirtió en una pieza clave para garantizar un mercado de juegos en la nube más equilibrado.
Como parte del acuerdo mediado por la CMA, Ubisoft adquirió los derechos de juego en la nube de los títulos de Activision Blizzard. Esto incluye los futuros lanzamientos de la compañía durante los próximos 15 años, además de los juegos ya existentes.
La concesión se reveló en el comunicado de prensa de CMA, etiquetándola como un “cambio de juego” que permitirá “precios competitivos y mejores servicios”.
El objetivo de este acuerdo es que, aunque Microsoft posea Activision Blizzard, no tendrá el control exclusivo sobre cómo se distribuyen y juegan estos títulos en la nube.
“Con la venta de los derechos de transmisión en la nube de Activision a Ubisoft, nos hemos asegurado de que Microsoft no pueda tener un dominio absoluto sobre este importante mercado en rápido desarrollo”, comentó Sarah Cardell, la directora ejecutiva de CMA.
Al permitir que Ubisoft, una entidad independiente de Microsoft, tenga acceso a los derechos de juego en la nube de Activision Blizzard, se promueve la competencia y se evita la monopolización del mercado. Los jugadores se beneficiarán de una mayor variedad de opciones y plataformas para acceder a sus juegos favoritos.
Reacciones y declaraciones sobre la compra Microsoft Activision Blizzard
Tras la aprobación de la CMA y la participación inesperada de Ubisoft en el acuerdo, las reacciones no se hicieron esperar.
Desde Microsoft, hubo un sentimiento de satisfacción y optimismo. A pesar de las condiciones impuestas, la empresa vio la aprobación como una victoria y un paso adelante en su visión para el futuro de los videojuegos.
En ese sentido, Brad Smith, presidente de Microsoft, expresó su gratitud hacia la CMA por su revisión exhaustiva y destacó que este acuerdo beneficiaría a los jugadores y a la industria en su conjunto.
We’re grateful for the CMA’s thorough review and decision today. We have now crossed the final regulatory hurdle to close this acquisition, which we believe will benefit players and the gaming industry worldwide.
— Brad Smith (@BradSmi) October 13, 2023
Por otro lado, en Activision Blizzard, el CEO Bobby Kotick compartió su entusiasmo por el “próximo capítulo” junto a Microsoft. En un comunicado interno, Kotick transmitió su confianza en las “infinitas posibilidades” que este acuerdo traería para los empleados y jugadores de la compañía.
La FTC, aunque persistente en su preocupación sobre la competencia, reconoció el papel de Ubisoft en el acuerdo. De igual manera, reiteró su compromiso de seguir evaluando el impacto del trato en el mercado estadounidense.